Mi recuerdo es de la década del 50 aproximadamente. Un silbato de sonido grave sonaba a la entrada y salida de los turnos. Ocupaba una manzana, aún hoy conserva el espacio en otras condiciones. En un barrio de casas humildes y calles de tierra el movimiento de una gran cantidad de obreros que llegaban en bicicletas o caminando daban una sensación de progreso y esperanzas en los vecinos del lugar. Hoy solo quedan portones cerrados y ruinas. Todo cambió, las calles pavimentadas dan acceso a casas no tan humildes.
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